29/06/2022 LaVoz.com.ar (Córdoba) - Web

Maíz: Argentina y sus chances de ocupar el lugar de proveedor que deja Ucrania

El rol del cereal argentino en el comercio internacional fue abordado durante el congreso de Maizar. Especialistas coinciden en que el país debe convertirse en un abastecedor confiable.

En un escenario mundial aún dominado por la pandemia del Covid-19 y agravado desde el 24 de febrero, cuando Rusia invadió a Ucrania, el comercio mundial afronta grandes desafíos de producción y abastecimiento. “Los desequilibrios entre la oferta y la demanda han generado un aumento generalizado en los precios que hace replantear el rol de los alimentos en la geopolítica mundial”, observó Marcelo Regúnaga, director Académico del director Académico del Área de Agronegocios de la Universidad de San Andrés, antes de darle paso a los integrantes del panel para el análisis de la coyuntura actual en materia de producción de alimentos. En el Congreso Maizar 2022, el exsecretario de Agricultura de la Nación moderó un panel de comercio exterior del que participaron Nelson Illescas, director de la Fundación del Instituto para la Negociaciones Agrícolas Internacionales (Inai); Nicolás Albertoni, profesor de la Universidad Católica de Uruguay; y Romina Gayá, especialista en Comercio Internacional y Economía del Conocimiento. Oportunidades para la región En un contexto donde la incertidumbre genera dificultades para algunos países y oportunidades para otros, Argentina y el Mercosur tiene por delante la tarea de encontrar su nuevo rol como productores y exportadores de alimentos. “La guerra generó que las commodities agrícolas, energética y de metales alcanzaron valores récord. Las limitaciones de Ucrania, por ejemplo, en su rol de cuarto productor mundial de maíz, provocó efectos sobre el mercado que genera un desafío para los otros abastecedores del cereal, entre ellos Argentina”, indicó Nelson Illescas, director de la Fundación del Instituto para la Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI). El conflicto bélico también hizo que Rusia tuviera consecuencias dentro del comercio mundial. Las sanciones impuestas por la comunidad internacional afectaron a un actor relevante en el comercio de fertilizantes, petróleo y gas, lo que generó un incremento mayor aún en los valores de esos insumos, que ya venían con tendencia alcista. Si bien en los últimos meses, los precios internacionales de los alimentos han cedido, las magnitudes siguen en valores récord, lo que también se reflejan en los insumos para producirlos. Además de los efectos generados por la participación de Rusia y Ucrania en el diferendo, los precios mundiales se vieron también exacerbados por las restricciones a las exportaciones que impusieron varios países productores. “No sólo fue un problema de oferta, también hubo movimiento por parte de la demanda que llevó a más incertidumbre al comercio mundial”, advirtió Illescas. Restricciones a la oferta De la misma forma que, por ejemplo, Indonesia restringió la exportación de aceite de palma, lo que impactó en el precio del derivado del girasol y de la soja, ante el temor de no poder reponer stock muchos países comenzaron a adelantar comprad y a reducir los aranceles de importación. Las consecuencias fueron mayor presión sobre los precios. En el caso del maíz, la salida de Ucrania como exportador tradicional genera oportunidades para otros proveedores, entre ellos Argentina. “China, Países Bajos, Egipto y España son relevantes para el maíz ucraniano. China compra la mitad de su maíz a Ucrania”, dimensionó Illescas. Además, debido a que Ucrania es el único de los cuatro mayores exportadores mundiales de maíz que ofrece grano convencional, ya que Estados Unidos, Brasil y Argentina venden el cereal genéticamente modificado, su rol en el mercado mundial también es difícil de reemplazar. Según Illescas, en este contexto de escasez relativa, la región tiene mucho para decir y hacer, por el lado de Argentina y Brasil. En el mediano plazo se espera que, ante precios altos, haya incentivos para otros abastecedores. Argentina debe convertirse en un proveedor confiable de maíz “Argentina debe tomar medidas para ocupar ese lugar que dejan Ucrania y Rusia: y es ser proveedor confiable. En la política de agenda debe estar la necesidad imperiosa de no generar restricciones a las exportaciones, además de conseguir nuevos proveedores de fertilizantes, con negociaciones internacionales e inversiones en tecnología”, observó el abogado especialista en derecho internacional. Según su visión, una política comercial con medidas restrictivas impacta aún más sobre los mercados e impulsará la inflación a nivel mundial. “Estamos en un mundo incierto que ofrece oportunidades, pero también muchos desafíos”, remarcó. Además de repensar la inserción comercial en este nuevo contexto, Argentina debería consolidarse como proveedor confiable de maíz. “Es la única forma de aprovechar las oportunidades” aclaró. El contexto geoeconómico actual también abre posibilidades para la región, donde el Mercosur tiene un potencial relevante. “Tenemos grandes posibilidades”, pronosticó Nicolás Albertoni, profesor de la Universidad Católica de Uruguay, quien no le echó toda la culpa a la guerra en el mar Negro por la situación actual. “Ante ya había desafíos, con la sustentabilidad ambiental y las crisis migratorias. Vivimos un mundo difícil, incierto e interdependiente”, manifestó. Para justificar su afirmación, Albertoni aportó algunos datos: en los 1990, la red de acuerdos comerciales entre países eran infinitamente menor a los actuales. Desde el lanzamiento del nuevo sistema económico internacional, pos Bretton Woods, el especialista uruguayo precisó que la economía mundial ha experimentado cinco recesiones: 1975, 1982, 1991 2009 y la actual. “Las dos últimas se produjeron en un mundo altamente interconectado, donde el arma económica ha crecido como un arma bélica”, ilustró. Nuevos acuerdo comerciales entre países En la actualidad, la acumulación tanto de oferta como demanda de alimentos ya no está basada en países individuales, sino en base a grandes megabloques que se coordinan hacia adentro para autoabastecerse. “En América del Sur no hay un ejercicio de coordinación para atender este nuevo orden”, relato. Frente a una crisis alimentaria mundial que es multicausal, y que involucra a la falta de energía, a las dificultades que impone el clima y a la logística, el rumbo económico también será determinante. “Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con alta inflación mundial, ya que los contexto de alta emisión monetaria seguirán a nivel mundial”, proyecto. El comercio mundial ha impuesto nuevos acuerdos, en muchos de los cuales no está presente el Mercosur. Según Albertoni, estas nuevas negociaciones ya no son sólo arancelarias sino que involucran una cantidad de temas que van hasta cuestiones de género. La crisis del multilateralismo en el comercio A partir de los desafíos que tiene el Mercosur, Romina Gayá, especialista en Comercio Internacional y Economía del Conocimiento, expuso sobre los desafíos que tiene el multilateralismo, al que identificó como en crisis. “Venimos de un sistema multilateral del comercio en crisis. Desde hace 15 años la Organización Mundial del Comercio (OMC) no da resultado. Mientras los 164 países que la integran no pudieron adoptar una liberalización mundial del comercio, se avanzó en acuerdos regionales”, aseguró. Ante las dificultades de ese orden internacional en el comercio, la salida ha sido recurrir a acuerdo más reducidos. Según la especialista en comercio internacional la decisión de la localización de la producción comienza a cambiar. Ya no es la eficiencia la que domina la escena; luego del Covid-19 el criterio que se impone en la resiliencia. “Durante la pandemia, empresas radicadas en India tuvieron que mandar trabajadores a su casa y por no tener conectividad no pudieron mantener su trabajo. Esto hizo que muchas decidieran no estar tanto en Asia y decidieran radicarse en República Checa, Centro América y Uruguay, entre otros lugares”, ejemplificó. Esto representó un cambio: del offshoring al onshoring, mucho más cerca del ámbito de acción de las empresas. Sin embargo, las relaciones imponen un nuevo estatus entre países: el friendshoring, entre países amigos. La 12ª Conferencia Ministerial de la OMC (CM12), que se celebró del 12 al 17 de junio de 2022 en la sede de la OMC en Ginebra, aportó resultado modestos para un nuevo orden multilateral en el comercio. “Hubo acuerdo sobre subsidios a la pesca, flexibilización de propiedad intelectual para vacunas”, enumeró Gayá. Los nuevos acuerdo comerciales Los productos agropecuarios siguen siendo la materia pendiente de las negociaciones. “No hubo ningún avance, solo acuerdo en cuestiones de seguridad alimentaria y ayudas internas”, agregó. La especialista se pronunció en favor de reformar la OMC para adecuarla al nuevo orden mundial en el comercio y con un nuevo esquema de solución de controversias. A nivel del Mercosur, el gran interrogante para los países que lo integran serán las relaciones con el resto del mundo. “La idea debe apuntar a llevarse bien con todos aunque eso pueda tener tensiones”, advirtió Gayá, quien ilustró con un ejemplo: “La mayoría de los países tiene afinidad con la Unión Europea y Estados Unidos, pero dependencia comercial es China y eso genera tensiones. De quien vamos a hacer amigos dependerá cuando provecho podremos sacar”, finalizó.

#39655622   Modificada: 29/06/2022 09:55 Cotización de la nota: $115.327
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