20/05/2022 Clarin.com - Nota

Eugenio Cuttica: 'Soy un artista del exceso'
Maxi Kronenberg
El artista presenta “Serendipia”, una muestra que reúne una serie de cuarenta obras, entre pinturas y esculturas, a las que suma una instalación. Con entrada libre y gratuita, hasta el 15 de junio.

El artista Eugenio Cuttica. Expone unas cuarenta piezas en un hotel de San Telmo / Foto: Maxi Failla Seis tigres de bengala, un samurái, un árbol con hojas lila, un piano, un pavo real, también un trigal. Son diferentes escenarios que exhibe el artista Eugenio Cuttica pero todos tienen un denominador común: una niña traslúcida, tan pura e inocente, en cada una de sus obras. Con diferente temáticas, colores y matices, cada una de ellas impacta por donde se la mire. Las obras de Cuttica son sensibles y especiales, perceptibles a la belleza por la variedad de colores que despliega, de esa niña que personifica y de sus imágenes que sorprenden a los visitantes. Mientras, en ese mismo lugar, tan bonito, silencioso y encantador, contempla un oasis de arte puro que sorprende en el corazón de la Ciudad. Así es Serendipia, la muestra que el célebre artista argentino acaba de inaugurar. Un paraíso de arte que reviste el interior del coqueto hotel boutique Anselmo Curio, de la cadena Hilton (en Don Anselmo Aieta 1069), justo en frente de la plaza Dorrego, en pleno barrio de San Telmo. Con entrada libre y gratuita, hasta el 15 de junio se podrá disfrutar del mágico universo de Cuttica. El prestigioso artista plástico, que en 2015 convocó a unos 100.000 espectadores en su exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, ahora expone en este maravilloso hotel: un ambiente mágico. Cuttica. El prestigioso artista plástico, que en 2015 convocó a unos 100.000 espectadores en su exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, / Foto: Fabiian Gastiarena Su trabajo, compuesto por una serie de pinturas, esculturas y una instalación de 16 niñas en resina subidas a una silla, decoran los pisos del hotel boutique: desde la planta baja, pasando el primer piso y también en el subsuelo. Hay obras de 2012 pero la mayoría son recientes, entre 2020 y 2022. Entrar al hotel supone comprobar hasta qué punto se fusiona el arte de Cuttica y la arquitectura del lugar. “Éste es un espacio de una riqueza increíble: tiene un contenido poético muy grande. También tiene como cierta magia y clima. Las obras acompañan”, explica el artista argentino, de paso por Buenos Aires, también para presentar su reciente exposición. Cuttica tiene 65 años y hace 26 que reside en Nueva York, donde tiene un imponente taller. Sin embargo, para hacer estas obras trabajó desde el atelier que posee en el edificio Central Park de Barracas, y junto con su grupo de colaboradores. ¿Por qué en un hotel boutique? “Yo soy amigo de la familia dueña de este hotel. Cuando vengo a Buenos Aires, paró aquí. Ellos tienen la amabilidad de alojarme sin compromiso alguno. Además, tienen esta sala para hacer exposiciones de arte, que era como un accesorio del hotel. No me pude negar aunque a esta edad, en esta etapa de mi carrera,  trato de exponer solamente en museos”. Y agrega: “Soy un artista del exceso, entonces, las obras empezaron a ocupar cada vez más. Los dueños, encantados que eso suceda. Ahora, la muestra abarca todo el hotel”. Hay unas 40 obras de Cuttica esparcidas por casi todo el hotel. La mayoría se encuentra bajando las escaleras. Allí hay una especie de patio-salón de exposiciones custodiadas por dos restaurantes, uno de cada lado, donde también hay varios de sus trabajos. Parece un museo pero, en este caso, acompañado por la belleza de la arquitectura y también por la tranquilidad que ésta emana, un refugio de arte puro  que hace de este espacio un lugar realmente sublime. Las pinturas están confeccionadas con técnica mixta sobre tela. Si bien tienen un tamaño diferente, se imponen las obras horizontales que miden 1,85 metro de alto por 3,20 metros de largo. “Todas surgen desde adentro hacia afuera. Tratan de hacer visible lo invisible y tienen un carácter ligado a la espiritualidad. Aquí se creó como un templo, es muy interesante lo que se formó”, destaca su creador. “Serendipia es descubrir algo valioso cuando no lo estamos buscando, algo bello cuando no estabas en búsqueda de eso. Tiene ese factor de dejarse sorprender y atravesar por la experiencia que viene mucho en las propuestas artísticas de ahora”, explica Carolina Pampliega, una de sus colaboradoras.La niña, presente en sus obras Muchas de las obras de Cuttica muestran a una niña traslúcida con un vestido blanco como denominador común. “Se llama Luna y tiene 9 años. Hace 20 años que la vengo pintando”, revela él. Está presente en todas sus pinturas expuestas y en varias esculturas y representa la femineidad en estado de pureza “sin haber sido trasculturada”. “Yo siempre admiro en las niñas. Sobre todo, las que están en alrededor de los 9 años, por la tremenda inteligencia que tienen, la facilidad de palabra, la inocencia y la pureza. Tienen un poder inmenso, una claridad mental increíble. Por eso las pinto. A esa edad tienen una serie de cualidades que parecería que después del mandato de la procreación, con el mandato familiar, van perdiendo”, sentencia su creador. "Desde el interior hacia el exterior", es el concepto de Cuttica y el de su exposición Serendipia. / Foto: Fabiian Gastiarena En una de sus pinturas aparece una niña con un vestido blanco, sentada a un costado como si estuviera reposando. A su lado, hay dos pavos reales. “Es un ave sagrada y la cola es una metáfora de los mil ojos ligados a lo divino que todo lo ven”, explica el artista. También hay otro cuadro con dos niñas debajo de un árbol con hojas color lila, una en cada extremo de la obra de Cuttica, como si estuvieran reposando Pero la pintura con la niña traslúcida a la derecha y un samurái a la izquierda se lleva todas las miradas. En el medio, las hojas con varios tonos de rojo y sombras de color blanco impactan aún más por la belleza que irradia. "Desde el interior hacia el exterior", es el concepto de Cuttica y el de su exposición Serendipia. “Pinté este cuadro de Luna junto el de otra figura con una armadura samurái. Cada uno está en una punta: ella está saltando en el aire y los une a las dos figuras una planta llamada Burning Bush, un arbusto típico de Nueva York, donde vivo. Este color se logra con muchísimas capas de distintos rojos. Estas hojas con la intensidad mayor tienen blanco abajo. La luz traspasa el color rojo que es semi transparente, rebota en el blanco que está abajo y por eso produce esta vibración”, explica su creador. Pero todo tiene un mensaje, ya que el samurái representa los siete principios: “La fuerza de la cordialidad de la gentileza y la benevolencia pero armada en una posición de firmeza. Son los mismos principios de una niña de 9 años. Por eso están unidos, están simbolizados por este arbusto rojo que es real, es de la zona donde yo vivo. El arbusto rojo es como la encarnación de esos principios porque se ve como carne, se ve muy pasional”. También hay otras obras de Cuttica que impactan, como la de Luna subida a una silla mirando un piano y otra de la niña también de pie en una silla pero, en este caso, custodiada por seis tigres de bengala. “La música para mí la música es algo importante: escucho música clásica cuando pinto, también escucho ópera”, comenta Cuttica, y agrega: “El piano negro es una de las cosas más bellas. Éste es un piano Steinway & Sons, creo que es un piano de doble cola”. “El otro es de la niña con un grupo de tigres. Son seis tigres. No es solamente la niña y el tigre, que vendría a ser La Bella y la Bestia, sino el tigre como un paisaje: están unidos y separados, casi no se diferencian entre sí. Es el espíritu del tigre que también tiene una belleza increíble como sucede con los pavos reales”, analiza Cuttica.¿Por qué la niña arriba de una silla? Según Cuttica, la silla es el instrumento del conocimiento. El estudiante, cuando aprende lo hace en posición de sentado, que es una posición de estado de alerta pero también de reposo. “Es como un altar. Entonces, ella, al estar de pie sobre ese instrumento, está como enaltecida y mira hacia el horizonte, que es la mirada de la conciencia. Traspasa la materia que tiene ese sentido de divinidad.” Por eso, en sus obras trabaja a la figura de la niña en diferente expresiones: puede estar sentada debajo de un árbol, reposando, de pie sobre una silla o jugando con otra niña, como si estuvieran escondidas en un trigal, la “Ucrania 1”, la última que ha creado, en 2022. También hay otras niñas subidas a una silla, confeccionadas en resina. Hay 16 en niñas en el patio mientras otras 4 más pequeñas están en una vitrina, a metros de la puerta de entrada. El arte de Cuttica resulta encantador. Para él, se trata de vivir la vida con pasión: “Vivo de lo que me gusta y eso es como dejar de trabajar para siempre”, dice Sin embargo, aún se siente como si fuera un niño: “Tengo mucho respeto por la niñez. Yo soy un niño y sigo siéndolo. Todos tenemos un niño interior. Hay muchas personas que lo pierden por fuerza de las obligaciones cotidianas y yo trato de mantener la voz de mi niño interior”. “Es más: siempre digo que tiene que ver con el fuego de los dioses porque ese es el tesoro más grande que podemos tener: no perder nunca esa inocencia, esa sabiduría de vivir como si no se supiera”, señala el consagrado artista argentino.FICHA “Serendipia” Dónde: Hotel Anselmo Curio by Hilton. Don Anselmo Aieta 1069, San Telmo.Entrada: libre y gratuita Hasta el 15 de junio.BásicoEugenio Cuttica es un artista plástico argentino. Nació en Buenos Aires, en 1957. Estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires y pintura y escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue asistente de pintores como Howard Martínez y Antonio Berni. Además, obtuvo el primer premio Jóvenes Pintores Gran Premio Amalita Fortabat, Juries Exhibition of Expressionist Painters of Argentina. Fue finalista de la Bienal de Venecia, Italia. En 2019 fue nombrado “Personalidad destacada de la cultura de la Ciudad de Buenos Aires”, por el Gobierno de la Ciudad.Sus obras recorrieron en mundo en ciudades como Nueva York, Boston, Los Ángeles, Sevilla, Ámsterdam, Atami (Japón), Shanghai, Buenos Aires, Santiago de Chile y Río de Janeiro y Bogotá, entre otras. Desde hace 26 años que reside en Nueva York.  VA Mirá también Cuttica. El prestigioso artista plástico, que en 2015 convocó a unos 100.000 espectadores en su exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, / Foto: Fabiian Gastiarena "Desde el interior hacia el exterior", es el concepto de Cuttica y el de su exposición Serendipia. / Foto: Fabiian Gastiarena

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