18/01/2022 Clarín - Arq - Nota - Información General - Pag. 2

PARA TRABAJAR EN BERMUDAS Y ZAPATILLAS

Hubo un tiempo que una oficina se diseñaba así.
Módulo 1,50 x 1,50 metros, que coincidía con el tradicional tubo de luz. Que al ponerse en tresbolillo permitían iluminar de forma pareja oficinas de diversas dimensiones: generales de planta abierta o de 1,50 x 3; 3 x 3; 3 x 4,50; etcétera. Ese módulo coincidía entonces también con los paneles de cielorraso y, al llegar a la fachada, con los mullions del muro cortina o con la alternancia lleno 1,50, vacío 1,50.
A su vez, esta mágica medida permitía organizar la planta con, por ejemplo, una oficina de 4,50 x 3, una circulación de 1,50 y un apoyo junto al núcleo de circulación y sanitarios, también de 1,50. Todo esto, con una profundidad de planta no mayor a 7,50 para que la luz natural llegue a todos los puestos de trabajo.
Pero llegaron las compus y este canon, casi dogma, con el que se diseñaron correctamente miles de metros de oficinas explotó. La luz natural dejó de ser la mejor aliada de las pantallas. Y muchos de estos espacios privilegiaron la penumbra al sol.
Se animaron a hacer plantas mucho más profundas y hasta cubrir sus fachadas con mallas metálicas, como aquellas de las Torres Siamesas que hizo Alejandro Aravena para la Universidad Católica de Chile.
La “revolución compu” no vino sola. De los mamotretos de escritorio pasamos a la lap top, la tableta y el celular. Ahora todos somos nómades, híbridos y hacemos trabajo colaborativo, cuestión que podemos trabajar un poco en el escritorio, otro poco en el patio, el balcón o el jardín. Y hasta definir cuestiones urgentes o no tanto en la intimidad del baño.
El diseño de oficinas estalló en un mundo de nuevas posibilidades hasta hace unos años impensadas.
Por estas páginas ya pasaron algunos de ejemplos como las oficinas de Mercado Libre en Polo Dot, las de Google en Puerto Madero o las que construye el unicornio Globant en Tandil.
Las nueva sede de la empresa tecnológica Encode, en Córdoba, proyectadas por Avendaño-Boffi- Ferreyra pertenecen a esta nueva generación de espacios de trabajo para andar en bermudas y zapatillas.
Mucho color, espacios descontracturados, informales y lúdicos, caracterizan esta propuesta “atrapa” millennials.
Seguramente en esta línea que explora e inventa nuevos programas se ubica el trabajo de Lucas Peñaloza y Camila Sánchez Goitía, de la cátedra Lestard Cajide Janches de la FADU UBA. El ejercicio proyectual propuso un tema sin precedentes. Investigar las posibilidades de integrar la agricultura urbana en un edificio público a diseñar en un área subutilizada de Barracas. Tema no menor.
Después de todo, la agricultura fue la que dio origen a la ciudad al posibilitar la vida sedentaria.



#33155994   Modificada: 18/01/2022 02:28 Superficie artículo: 315.64 cm²
Tirada: 13000
Cotización de la nota: $173.601
Audiencia: 13.000


       
  
www.ejes.com | Leandro N. Alem 1110 7º piso - Buenos Aires | TE. 5352-0550