21/11/2020 Clarin.com - Nota

Debate
Cannabis medicinal: luces y sombras
Pablo BrumovskyFlorencia CoronelMarcelo Villar

Clarín Dos son los puntos que más han impactado de la nueva versión de la reglamentación de la Ley N° 27.350 “Investigación Médica y Científica de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados” que el Gobierno acaba de aprobar. Por un lado, la autorización de auto-cultivo de cannabis para uso medicinal (que deberá ser solicitada al Registro del Programa de Cannabis–REPROCANN). Por otro, la posibilidad de expendio, por farmacias autorizadas, de formulaciones magistrales de productos medicinales basados en cannabis a pacientes con indicación médica. Estas dos noticias, que además implican la ampliación del uso a otras patologías -como el dolor-, iluminan con infinita alegría a una multitud de sufrientes, médicos y representantes sociales que hacía tiempo se sentían desamparados por la reglamentación vigente. Sin embargo, una serie de reflexiones llaman a prudencia. ¿Es el auto-cultivo el camino adecuado? La buena práctica médica requiere de productos medicinales elaborados bajo estrictas normas de fabricación. Quienes entienden la complejidad de cultivar cannabis, extraer sus principios activos, y asegurar condiciones de estabilidad, confiabilidad terapéutica y de seguridad, saben que el auto-cultivo no facilita tales condiciones. Entonces, ¿no estaría poniéndose al médico en una encrucijada, en la que queriendo ayudar y acompañar, se lo enfrenta a la decisión de recomendar productos que, en el fondo, siguen sin cumplir con las premisas que garanticen seguridad y eficacia? Además, siendo que aún persisten numerosas incógnitas sobre la verdadera eficacia del cannabis medicinal en diferentes contextos patológicos, pareciera que el vínculo entre Estado, profesional médico y paciente deberá ser muy estrecho para asegurar eficacia, evitar el uso innecesario y prevenir daños posibles. Finalmente, una preocupación más es si estas novedades, tan importantes para los pacientes que lo necesitan, no contribuirán a reducir el nivel de precaución que debiéramos seguir teniendo respecto del consumo recreacional del cannabis. Son aún muchas las dudas que persisten sobre la seguridad de esto último, sobre todo en individuos jóvenes. Pese a estas sombras, que sólo se irán disipando con mayor diálogo, la nueva reglamentación establece una serie adicional de cambios importantes, uno de los cuales merece especial mención. En concreto, la flexibilización de las condiciones para la investigación básica, clínica y social que dependa de productos basados en cannabis y sin restringir el tipo de patología a estudiar. Así se levantará el freno que existía sobre la intención de excelentes científicos argentinos para el desarrollo de la investigación que la misma Ley requiere. Esto incluye el estudio del dolor, foco de las actividades de la Red de Investigación Traslacional en Dolor del RITS-CONICET, y que ayudará a generar mayor y mejor evidencia sobre la eficacia y seguridad del cannabis medicinal como estrategia terapéutica adyuvante. Pablo Brumovsky, María Florencia Coronel y Marcelo Villar son profesores e investigadores del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional, CONICET-Universidad Austral

#18610177   Modificada: 21/11/2020 19:37 Cotización de la nota: $226.000
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